Comunicar con efectividad es una habilidad sumamente valorada en diferentes contextos. Para lograrlo, se requieren conocimientos relacionados con la práctica de la oratoria, la cual consiste en transmitir ideas y conocimientos con claridad y fluidez ante una audiencia. Para comprender esto de mejor manera, este texto se ocupa de los tipos y principales características de la oratoria
La oratoria es el arte de hablar en público, lo que implica comunicar ideas de manera efectiva y persuadir a la audiencia. Desde los tiempos de la antigua Grecia, la oratoria ha sido una herramienta fundamental no solo para la transmisión de propuestas y conocimientos, sino también para el diálogo. Considerando esto, la oratoria permite transmitir pensamiento, emociones y puntos de vista a través de la conjunción de los lenguajes verbal y no verbal.
Este arte se practica y perfecciona a partir de la práctica constante –la asistencia a una escuela de oratoria es recomendable–, ya que se requiere destreza para captar la atención del público. Es importante, por lo tanto, realizar la presentación oral de manera convincente para mantener el interés y utilizar el lenguaje corporal de manera efectiva. Además, como punto adicional, el orador debe estar vestido adecuadamente según la situación comunicativa, ya que su apariencia puede influir en la manera en la que se percibe el mensaje.
Con todo, se trata de una habilidad muy valorada en diversos ámbitos, sobre todo en el mercado laboral actual, en el que las habilidades blandas o soft skill ganan terreno cada vez más. La comunicación eficaz, en este sentido, adquiere protagonismo.
La oratoria puede aplicarse en una gran diversidad de contextos y a través de diferentes formas, cada una con sus características propias y objetivos. Esto permite discurrir en torno a los tipos de oratoria, los cuales se presentan a continuación.
Este tipo de oratoria es común de los contextos educativos, es decir, de la enseñanza en centros e instituciones de educación básica, superior y técnica. Su objetivo principal es transmitir conocimientos de manera clara, comprensible y accesible sin enrevesamientos ni construcciones oracionales complejas. Los docentes deben ser capaces de captar y mantener la atención de sus estudiantes. Aquí es importante adaptar no solo el contenido, sino también la manera en la que este se transmite, ya que lo importante es que pueda ser entendido plenamente.
En este tipo de oratoria, los oradores recurren a una serie de estrategias conducir al público a la aceptación de un punto de vista, ya sea total o parcialmente. Inviten o no a una acción específica, se busca que las ideas transmitidas sean asumidas por los miembros del público. Para que esto sea posible, la seguridad, la capacidad argumentativa y las emociones son herramientas fundamentales.
Se utiliza en contextos religiosos para inspirar fe y devoción. Los oradores religiosos recurren a textos sagrados, experiencias, historias y metáforas para transmitir sus mensajes de manera efectiva. Estos discursos se conocen como sermones o prédicas, dependiendo de la religión o fe que profese el orador (sacerdote, pastor, entre otros).
Este tipo de oratoria se centra en las actividades sociales que tienen lugar en diferentes tipos de contextos, como los encuentros de clubes, eventos académicos, congresos, seminarios, encuentros comunitarios, entre otros. Se comunica una amplia variedad de temas en los que se busca llegar al público para impactar en su conocimiento o posición respecto de cierto tema.
El contexto empresarial es, sin lugar a dudas, uno de los que más recurren a la oratoria, ya que se busca persuadir, motivar y liderar. Aquí los oradores deben ser capaces de presentar ideas de manera convincente, conducir al equipo a mejores resultados y acompañar el trabajo con discursos que puedan incentivar la mejora continua, tanto a nivel personal como a nivel profesional. Además, cuando se trata de propuestas, los oradores deben saber transmitir un proyecto o plan para que se ejecute de manera efectiva.
La oratoria política exige llevar la persuasión y la confianza a niveles muy altos, ya que los políticos –sean candidatos o no– necesitan el apoyo de diferentes grupos de personas, ya sean otros políticos o las personas. Utilizan la retórica y el lenguaje emotivo para influir en la audiencia.
La oratoria cuenta con características que esenciales que la hacen efectiva en la labor de captar y mantener la atención del público. Cumplir con las expectativas y necesidades de este requiere adecuar las ideas, transmitirlas de manera convincente y hacerlas atractivas. A continuación, se presentan las principales características de la oratoria.
Un buen orador sabe cómo captar y mantener la atención del público desde el principio. Esto puede lograrse a través de una variedad de técnicas, como el uso de anécdotas interesantes, preguntas retóricas, chistes, entre otros. Esta capacidad es esencial para cualquier tipo de oratoria
Hay temas que pueden requerir o no un enfoque específico. Pero sí está claro que, sea cual fuere su naturaleza, se deben presentar de manera interesante, interactiva y novedosa. Aunque se utilicen recursos o herramientas persuasivas, si el enfoque no es convincente, es muy difícil que se pueda atraer la atención del público.
Un buen orador habla con fluidez, es decir, sin vacilaciones y puede adaptarse a las reacciones del público. La fluidez en la oratoria implica no solo la capacidad de hablar sin interrupciones, sino también la capacidad de pensar rápidamente y responder a las preguntas o comentarios del público de manera efectiva.
Interactuar con el público es una característica fundamental, ya que el orador está sujeto a las participaciones de la audiencia. Esto puede implicar el uso de preguntas y respuestas, la incorporación de comentarios del público en la presentación o la adaptación del contenido en respuesta a las reacciones del público.
Junto con un tono y volumen de voz adecuados, la oratoria implica utilizar el lenguaje corporal para reforzar el mensaje. Se incluyen gestos, expresiones faciales, posturas, entre otros, que se adecuen a la situación y al público. Un lenguaje corporal efectivo puede ayudar a transmitir confianza, entusiasmo y credibilidad. Sin embargo, se debe cuidar no hacer uso excesivo de los movimientos, puesto que pueden causar el efecto contrario (desconfianza, sensación de inseguridad, entre otros).
Un buen orador adapta su mensaje para su público, para lo que tiene en cuenta los conocimientos, intereses y necesidades de este. Esto puede implicar la simplificación de conceptos complejos, la inclusión de ejemplos relevantes, o la adaptación del tono y el estilo de la presentación para adaptarse al público.
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