Tipos de violencia familiar: definición, causas y cómo detectarlos

La violencia familiar es una problemática que atraviesa los núcleos más íntimos de la sociedad, manifestándose en diferentes formas y grados de severidad. A menudo, su identificación se complica por la cercanía emocional que se tiene con los agresores, quienes son parte del entorno familiar.  

A continuación, examinamos qué es la violencia familiar y las principales causas que la propician y las tipologías que existen. ¡Vamos a analizarlo en profundidad! 

¿Qué es la violencia familiar? 

La violencia familiar se define como cualquier acto abusivo que se produce dentro del núcleo familiar y que causa daño físico, sexual, emocional o económico a sus integrantes.  

Se distingue de la violencia de género en que esta última se refiere específicamente a agresiones cometidas contra alguien basadas en su sexo o identidad de género, mientras que la violencia familiar puede afectar a cualquier miembro del hogar, sin importar su género. 

Principales causas de la violencia familiar 

Entender las causas de la violencia familiar es fundamental para poder prevenirla y tratarla. Estas causas son profundas y variadas, y suelen entrelazarse creando un ciclo difícil de romper. 

Los factores sociales y económicos juegan un papel preponderante. La pobreza, el desempleo y la precariedad laboral pueden generar altos niveles de estrés y frustración, los cuales, lamentablemente, se descargan dentro del hogar. La violencia familiar también puede ser un reflejo de la violencia social, donde la agresividad y la coerción son vistas como medios válidos para resolver conflictos. 

La historia personal de los agresores representa otra causa significativa. Aquellos que han experimentado violencia durante su infancia tienen una mayor probabilidad de repetir estos episodios en su vida adulta. La falta de modelos de relaciones sanas y positivas contribuye a que estos patrones se perpetúen. 

Las expectativas culturales y de género también son un factor. En muchas sociedades de Iberoamérica, aún persisten estereotipos de género que promueven la idea de la dominación masculina y la subordinación femenina, favoreciendo un terreno propicio para el abuso dentro de la familia. 

El abuso de alcohol y otras sustancias es un desencadenante común en casos de violencia familiar. Estas sustancias pueden disminuir las inhibiciones y aumentar la agresividad de los individuos. 

La salud mental de los integrantes de la familia no debe ser pasada por alto. Trastornos no tratados o mal manejados, como la depresión, ansiedad o trastornos de la personalidad, pueden ser factores subyacentes que contribuyen a episodios de violencia. 

Finalmente, la escasez de recursos y apoyo social es un factor decisivo. Las familias que carecen de una red de apoyo sólida son más vulnerables. La ausencia de servicios sociales y comunitarios que ofrezcan ayuda y orientación puede dejar a las víctimas y a los propios agresores sin las herramientas necesarias para cambiar su situación. 

Tipos de violencia familiar 

La violencia familiar se manifiesta de diversas maneras, cada una con características distintas: 

  • Violencia física. Implica cualquier forma de agresión que cause daño corporal a la víctima, desde un empujón hasta heridas graves. 
  • Violencia emocional. Se caracteriza por ataques verbales, humillaciones o acciones que buscan desestabilizar emocionalmente a la víctima. 
  • Violencia sexual. Incluye cualquier tipo de contacto sexual no consentido o coercitivo
  • Violencia económica. Se da cuando uno de los miembros de la familia controla o limita los recursos económicos como forma de poder y control. 

¿Cómo detectar violencia familiar? 

Detectar la violencia en el ámbito familiar no siempre es sencillo, ya que muchas veces las víctimas ocultan lo que sucede por miedo o vergüenza.  

No obstante, existen indicadores de advertencia, tales como modificaciones repentinas en el comportamiento, lesiones físicas inexplicables o un temor excesivo hacia un miembro de la familia. 

¿Cómo tratar la violencia familiar? 

Tratar la violencia familiar es un proceso delicado y complejo que requiere intervención especializada y un enfoque comprensivo. La prioridad siempre debe ser garantizar la seguridad de las víctimas y proporcionarles el apoyo necesario para superar las secuelas del abuso. 

El primer paso hacia el tratamiento es la detección y el reconocimiento del problema. Esto puede ser realizado por amigos, familiares, profesionales de la salud o la propia víctima. Reconocer la violencia es fundamental para poder actuar. 

Una vez identificada la situación, es crucial buscar ayuda profesional. Esto puede incluir asesoramiento legal para entender y ejercer los derechos de la víctima, así como terapia psicológica para todos los miembros de la familia afectados por la violencia. Los profesionales capacitados pueden ofrecer estrategias para manejar el trauma y promover la recuperación emocional. 

La intervención policial puede ser necesaria en casos donde hay un peligro inminente para la víctima o para otros miembros de la familia. Las leyes suelen proporcionar mecanismos para proteger a las víctimas, como órdenes de restricción o medidas de protección. 

La violencia familiar es un delito que debe ser tratado con seriedad en Iberoamérica, donde las dinámicas familiares pueden estar influenciadas por factores culturales específicos. No obstante, independientemente del contexto, es un problema que se debe abordar con compasión y firmeza. 

Recordemos que las víctimas a menudo se sienten atrapadas y sin voz; por lo tanto, es tarea de todos estar atentos y actuar cuando sospechemos de su presencia. La ayuda y la información son nuestras mejores herramientas en la lucha contra este flagelo que daña el tejido mismo de nuestras comunidades. 

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